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�Hola All!


Podr�a haber pasado desapercibido, pero ese d�a me encontraba en escucha en Twitter. Sven Hassel me acompa�� hace muchos a�os en la lectura �vida de un gran lote de libros de Reno que lleg� a mis manos por v�a familiar. Pero, volviendo a la noticia, parece que habr� adaptaci�n al c�mic[1] de "Los 'panzers' de la muerte" de Sven Hassel:


*Los 'panzers' de la muerte vuelven a rugir*

La versi�n en c�mic de la obra de Sven Hassel invita al reencuentro con el >novelista y sus cosas
Jacinto Ant�n
Barcelona 4 FEB 2017 - 23:02 CET

Mir� las dos insignias que ten�a en la mano, calaveras de plata sobre fieltro negro rodeadas de un hilo rosa: los parches de cuello de las tropas de los panzer en la Segunda Guerra Mundial. Muchos tanquistas del ej�rcito regular alem�n se los tuvieron que comer al caer prisioneros para evitar que los rusos los ejecutaran en el acto creyendo que pertenec�an a las SS (en realidad las calaveras estaban asociadas a unidades de caballer�a desde Federico el Grande de Prusia y de ah� pasaron al arma acorazada). Parec�an dif�ciles de tragar y m�s con la boca seca que debes tener si caes en manos de los rusos. Estas que sosten�a yo no eran unas insignias cualesquiera, qu� va, y no se me hubiera ocurrido nunca zamp�rmelas -a no ser que se pusiera muy borde un comisario de la NKVD-. Eran nada menos que las de Sven Hassel.

Yo ya las hab�a visto antes, en casa del c�lebre escritor de aquellas viejas novelas sobre un inolvidable grupo lumpen, nihilista y puteado de correosos soldados alemanes (Porta, Hermanito, El Viejo, El Legionario, Barcelona Blom, el propio Sven), cuando lo entrevist� en 1996 (viv�a junto al Tur� Park). Las ten�a sobre una c�moda, enmarcadas junto a una foto suya encaramado a un panzer, el t�o. Ha llovido mucho desde entonces. Hassel , ese otro enigm�tico dan�s, muri�, sus cosas -era un coleccionista entusiasta de objetos militares- se dispersaron y hoy ya est� bastante un�nimemente reconocido que ni Hassel era

Hassel ni sus historias eran reales y ni siquiera sus bonitas insignias de carrista, ya que estamos, eran verdaderas.

El escritor aseguraba que sus novelas, de las que se han vendido 53 millones de

ejemplares en todo el mundo, estaban basadas en sus experiencias aut�nticas como miembro del 27� Regimiento Blindado Disciplinario, una unidad inexistente que es como el Macondo de Sven Hassel. �l, al parecer, se llamaba en realidad Borge Pedersen y al seud�nimo Sven Hassel se le han buscado ra�ces tan variadas

como que es un acr�nimo de Leibstandarte SS Adolf Hitler le�do al rev�s (LESSAH) o, muy al contrario, un homenaje al resistente antinazi Ulrich von Hassell. Cazar gazapos, exageraciones y trolas en las novelas -y en la vida de Sven Hassel- se ha convertido en un simp�tico pasatiempo. Los tanques Tiger que

se destruyen en sus relatos -y que conducen de manera inveros�mil sus soldados penados-, por ejemplo, superan de largo la totalidad de la producci�n del modelo. Hassel se arrogaba la posesi�n de una larga serie de condecoraciones, entre ellas el exclusivo pasador de combate cuerpo a cuerpo y el distintivo de cien luchas de carros (la Cruz de Hierro le sab�a a poco).

Son varias circunstancias las que me han llevado de nuevo a Sven Hassel, cuyas novelas le� compulsivamente de adolescente, al que como he dicho entrevist� entusi�sticamente una vez y al que enterr� lo m�s dignamente posible haciendo su obituario en 2012. Por un lado est� todo lo referente a nuestro futuro ej�rcito catal�n soberano: me cuesta pensar que yo, con tanta cultura militar como atesoro -no solo he le�do todo Sven Hassel sino tambi�n todo Beevor y a Clausewitz- voy a tener que vivir en un pa�s que solo va a disponer de un ej�rcito de conductores de ambulancias (con todo mi respeto a los conductores de ambulancias, empezando por Dos Passos, E. E. Cummings y Somerset Maugham) y de unidades tipo M.A.S.H., aunque en ese contingente por lo menos podremos permitirnos, conf�o, una jefa de enfermeras como la mayor Margaret O'Houlihan, alias Labios Ardientes.

"Su guerra me result� oscura y fea, y as� la he dibujado", afirma Jordy
Diago

Tambi�n est� la nostalgia por aquellos tiempos de Sven Hassel y nuestra inocencia desbaratada en la estepa rusa entre regueros de sangre en la nieve, luchas cuerpo a cuerpo con palas y bayonetas en las trincheras, sesos desparramados y la tos amenazadora de los tubos de escape de los T-34. Resulta claro que en estos tiempos de perfil b�lico bajo y con lo que est� viniendo a Sven Hassel no le pondr�n calle en Barcelona, aunque viviera aqu�, tuviera un personaje que se llamaba como la ciudad y en �Liquidad Par�s! se cite las Ramblas.

Y est�, como motivo para revisitar al escritor, sobre todo la versi�n en c�mic que se acaba de publicar, la primera, de las novelas de Hassel. Se trata de Los

panzers de la muerte (aunque el �lbum se titula en singular, "los panzer", vaya

usted a saber por qu�), la segunda novela (1958) que escribi� de la serie de 14

(m�s una p�stuma, La gloriosa derrota, pendiente de publicaci�n en Espa�a), un t�tulo legendario que se llev� al cine y que se ha encargado de ilustrar el dibujante barcelon�s de 48 a�os Jordy Diago.

El c�mic, publicado por La Esfera de los Libros, sigue muy bien la novela, condensando en sus 120 p�ginas el relato de m�s de 300. Esencialmente est� todo: la recogida de cad�veres tras el bombardeo, el pelot�n de fusilamiento, la ca�da del unteroffizier Reinhardt, el combate de tanques en Cherkkassy (con los pol�micos Tiger), la lucha bestial en la nieve, la decapitaci�n de Plut�n, la parturienta, las desertoras rusas, la chistera de Porta... Hasta parece emanar peste a machorka, el tabaco ruso. Pero no esperen un dibujo pormenorizado tipo Hugault: aqu� no hay nada de l�nea clara, que, pens�ndolo bien, probablemente no era lo m�s adecuado para Sven Hassel. El dibujo es sucio

(como la guerra), fe�sta, bordeando lo grotesco.

"No lo conoc�a en absoluto, la novela b�lica no me interesa mucho, ni la II Guerra Mundial en general ", me explic� Diago. "Fue un encargo de su hijo Michael. Fui a ello como una virgen. El libro me pareci� algo underground. Su guerra me result� oscura, fea y podrida, y as� la he dibujado, como su prosa. Me han dicho que le pill� el punto y la atm�sfera. Me sali� bastante natural". El c�mic tiene una notable autenticidad, y eso que el dibujante procur� no forzar la nota. "Michael me dijo que no fuera muy violento, as� que intent� suavizarlo un poco, aunque, claro, la esencia sigue siendo la atrocidad y el salvajismo de la guerra".

Sorprende que Diago no ha tratado de ser preciso en el dibujo de los uniformes,

armas o insignias, sino al contrario. "As� es, y los frikis del asunto se sienten decepcionados. De hecho en Facebook me han dicho de todo. 'Los rusos no

llevan las pistolas correctas' y tal. Me importa un carajo. No va de eso. Es un

dibujo aproximativo. Cuando pongo un panzer se ve que es un panzer pero no hay detalles, ni tampoco en los cascos de los soldados y su indumentaria. Un poco dejado, s�, pero todo se reconoce. Michael me dio tambi�n la consigna de que no

aparecieran esv�sticas ni otros s�mbolos nazis.". Es comprensible la prevenci�n, porque algunos detractores de Hassel le han achacado un pasado colaboracionista, aunque nadie que haya le�do sus novelas puede pensar que glorifiquen el nazismo o la guerra, muy al contrario. "Me han comentado algo de

la controversia en torno a su figura, pero tampoco me importa. Si se lo invent�

todo, pues le sali� de puta madre porque ha vendido un mont�n de ejemplares. Aunque solo fuera verdad un 20 % ya ser�a la leche".

De la est�tica dice que pens� en basarse "en la de Boixcar y Haza�as B�licas pero al final he hecho algo muy m�o. Me solt� y me sali� esto. No pod�a ser algo muy fino porque la historia no es eso". La cosa tiene un aire al El V�bora. "Curr� con ellos e hice tiras de Makoki. En realidad he hecho de todo, de Mortadelo y Filem�n y Disney a Totem, Papus y porno". Diago conoci� a Sven Hassel, al que cree que su versi�n dibujada le habr�a gustado. "Pero ya era muy

mayor. Le visit� una vez en su casa y estaba todo eso que cuentas, los cascos, los uniformes".

Fui a ver las cosas de la colecci�n militar de Hassel a la tienda Militaria, donde fueron a recalar la mayor�a tras su muerte. Xavier Andreu, el due�o, a la

saz�n con un jersey de comando de la Royal Navy, me inform� que se han ido vendiendo pero a�n quedan. Concretamente del ej�rcito alem�n de la II Guerra Mundial hay disponibles algunas gorras de oficial. Le pregunt� si ten�a algo m�s personal. Entr� a la trastienda y sali�, para mi asombro y regocijo, con las insignias de carrista. Se ve que el uniforme entero que ten�a el escritor lo conserva Michael, al igual que el sombrero de copa amarillo de Porta con tres balazos. Tom� con emoci�n los parches y entonces me dijo Andreu que los hab�a guardado para s� mismo como recuerdo, pero que, vaya, no eran aut�nticos.

Los sopes�, reflexionando sobre lo dif�cil que es discernir entre lo verdadero y lo falso cuando te asomas al coraz�n de un hombre, y lo poco que a veces importa. Y me march� de all� con un ejemplar de la bonita nueva edici�n de Los panzers de la muerte bajo el brazo (Ediciones Librer�a Universitaria, 2013), rumbo de nuevo al Frente del Este y a las viejas aventuras. "�Tanques! El aire tiembla con el ruido de los motores y las cadenas chirr�an con un ruido infernal".


[1]http://ccaa.elpais.com/ccaa/2017/02/03/catalunya/1486131736_322842.html

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A reveure!!
Enric
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