• El colapso social

    From Enric Lleal Serra@1:2320/100 to All on Thu Nov 10 08:16:48 2016
    �Hola All!


    Descubr� este blog gracias a Marcos, y ahora es uno de mis imprescindibles. Su visi�n de lo ocurrido en EEUU como cabeza de playa de una cat�strofe mundial tiene su miga. Leed, leed[1]:



    *El colapso social*
    Autor AMT (Lloc web)

    Queridos lectores,

    Hab�a pensado inicialmente titular este post "Causas y consecuencias de la victoria de Donald Trump en las presidenciales estadounidenses: la perspectiva energ�tica", para dar una cierta continuidad a los posts que en su d�a escrib� sobre Grecia y el Reino Unido. Sin embargo, creo que ser� m�s interesante hacer que este art�culo verse sobre un fen�meno de alcance mucho m�s global. Pero antes de pasar a esa escala, analicemos qu� ha sucedido en EE.UU.

    Como saben, el candidato republicano Donald Trump ha ganado las elecciones presidenciales de 2016 en los EE.UU., pasando muy por delante de la candidata dem�crata Hillary Clinton. La victoria es tan abultada (a la hora que esto escribo, Trump se asegura 290 de los votos electorales, frente a los 228 se su contrincante, aunque el porcentaje de voto sea muy similar y de hecho ligeramente mayor para Clinton) que parece mentira que no se reflejara en las encuestas. La campa�a electoral ha sido terriblemente at�pica: la nominaci�n de Trump fue ya sorpresiva y levant� ampollas, pero la victoria en las primarias del tup� m�s famoso del mundo despu�s del de Tint�n fue clara. Sin embargo, en las �ltimas semanas la campa�a se hab�a vuelto aut�nticamente esperp�ntica, con muchos episodios de guerra sucia. Por el lado de Trump, se aire� convenientemente comentarios del Sr. Trump de hace m�s de 10 a�os, comentarios tremendamente desagradables y denigrantes pero que eran bien conocidos (se grabaron en un programa de radio, aunque no fueran emitidos); por el lado de Clinton, los problemas asociados a la filtraci�n de sus emails y algunos wikileaks comprometedores, que mostraban una personalidad prepotente y con ciertos rasgos psicop�ticos. A pesar de la enorme asimetr�a entre unas y otras acusaciones (que Trump es un grosero y un zafio, aparte de un eg�latra, es algo conocido desde el principio, en tanto que las acusaciones sobre Clinton eran mucho m�s graves y fundadas), muchas voces en el partido republicano presionaron para que Trump renunciara, e incluso aceptaban la inevitable derrota frente a Clinton. Dada la negativa de �ste a renunciar, las encuestas de los principales medios anunciaban una holgada victoria de la Clinton, que al final se ha acabado convirtiendo en una holgada derrota. �Qu� ha pasado aqu�?

    A posteriori el an�lisis es simple, pues el fen�meno lleva meses de recorrido y qui�n ha querido verlo lo hab�a visto desde hac�a mucho tiempo (vean, por ejemplo, este l�cido an�lisis de John Michael Greer de enero pasado). La cosa parece clara: la mayor�a de los trabajadores de los EE.UU. no se est�n beneficiando de la tan cacareada recuperaci�n econ�mica, sino m�s bien al contrario: cada vez viven peor, con menos dinero y m�s penuria, y la amenaza constante de quedarse en el paro. De manera machacona los medios de comunicaci�n repiten las consignas que recogen los puntos de vista de la �lite del pa�s, que all� como en aqu� culpabilizan a los excluidos por su exclusi�n mientras venden una fantas�a seg�n la cual los bravos y decididos "emprenden" y que si no nadas en la abundancia es culpa tuya. Tal serm�n de los rectores de la Santa Iglesia del Perpetuo Crecimiento acaba siendo insultante para las humildes y honradas gentes que viven en el mundo real y trabajan de sol a sol para vivir en la frontera de la indigencia, cuando no por debajo de ella. Sobre todo porque, a la vista de todos, las �lites se corrompen y aceptan favores, a cambio de desviar fondos p�blicos (fruto directo e indirecto del sudor de los trabajadores) para apuntalar grandes empresas que generan poco empleo y para pagar retribuciones obscenas a sus cuadros directivos, los cuales a menudo nutren y se nutren de la �lite pol�tica. Y toda esa corrupci�n y desv�os de fondos pasa all� como pasa aqu�, y en realidad en todo el mundo occidental. As� que la gran masa de trabajadores siente cada vez m�s resentimiento con unas �lites cada vez m�s insensibles con su sufrimiento, y al final deciden optar por salirse de las opciones preestablecidas: en vez de optar por el mal A o el mal B, deciden escoger el mal C, que al igual que el A o el B ser� malo para ellos (lo cual no es novedad) pero tambi�n lo ser� para las �lites, y ah� reside su atractivo. Si los votantes de EE.UU. han preferido a Donald Trump no es porque sean mayoritariamente mis�ginos o xen�fobos; muchos lo ser�n, sin duda, pero lo que les atrae del discurso demag�gico del Sr. Trump es la promesa de un futuro mejor; como m�nimo, si no porque les d� algo mejor a ellos, porque les promete algo peor para las �lites.

    No cabe esperar que el Sr. Trump vaya a hacer algo significativamente diferente a lo que han hecho sus predecesores, entre otras cosas porque todo el entramado de poder de las �lites no permite implementar f�cilmente cambios sustanciales. En a�adidura, la gran crisis global que lleva ya muchos meses gest�ndose acabar� de explotar durante su mandato y su capacidad de maniobra ser� reducida, y bastante tendr� con evitar que la implosi�n econ�mica se le lleve por delante. Donald Trump es tan s�lo el s�ntoma de la enfermedad, y no su cura. Una enfermedad simple y comprensible: las clases trabajadoras se sienten cada vez menos representadas y m�s traicionadas por las �lites tanto pol�ticas como econ�micas. Y en tanto que los sistemas pol�ticos occidentales contin�en siendo democr�ticos es previsible una cada vez mayor desafecci�n de las clases populares respecto al discurso y los intereses de la �lite, y que vayan optando por opciones de voto cada vez m�s radicales y previsiblemente populistas.

    Como decimos, el fen�meno es global: en todo el opulento mundo occidental vemos manifestaciones del creciente espacio que ocupan las opciones que se reclaman rupturistas con el sistema, que atacan de manera abierta a las �lites ("la casta", se suele decir en Espa�a), y que propugnan un cambio radical de las relaciones econ�micas y sociales de modo que se pueda recuperar la prosperidad perdida, ese contrato social que favoreci�, durante las d�cadas de expansi�n econ�mica, el establecimiento del llamado "Estado del Bienestar". Y mientras no se produzca una vuelta al anterior status quo, la animadversi�n de las masas contra las �lites ser� cada vez mayor y las soluciones que ir�n surgiendo ser�n cada vez m�s radicales y eventualmente violentas.

    Aunque la configuraci�n de un sistema social m�s igualitario y con un mejor reparto de la riqueza sin duda favorece la cohesi�n social, no es la desigualdad del reparto de la renta la que ha favorecido este cambio tan abrupto de la percepci�n social. Simplemente, porque la desigualdad del reparto de la renta siempre ha existido, en cualquier escala hist�rica que se quiera mirar, por lo menos desde la Edad Antigua. Lo que realmente ha cambiado es un descenso relativamente r�pido desde unos niveles de renta bastante elevados para amplios estratos de la sociedad occidental. Ciertamente, los niveles actuales son a�n m�s elevados que los que se disfrutaban en Occidente hace tan solo 4 � 5 d�cadas, pero no venimos del vac�o sino que tenemos un pasado. Y si nuestros padres y abuelos pudieron aceptar unas condiciones m�s precarias con la esperanza de conseguir una vida mejor para sus hijos, en la actualidad lo que se ofrece de manera poco disimulada son unas condiciones cada vez peores y menos garantizadas: ya comentamos que es mucho m�s dif�cil adaptarse a un mundo en decrecimiento que a uno en crecimiento. Si de golpe desapareciera toda la poblaci�n occidental y fuera reemplaza por poblaci�n de los denominados pa�ses emergentes, aceptar�an la situaci�n actual e la considerar�an un privilegio, incluso sabiendo que el descenso era inevitable. Es justo esta generaci�n criada en la fase creciente la que tiene m�s dificultades para aceptar el decrecimiento, sobre todo con el modelo de gesti�n que se propone desde la �lite. Y es por eso que la batalla es aqu� y ahora: la generaci�n de nuestros hijos ya habr� crecido en la costumbre de decrecer y para ellos aceptar lo que se da porque "es lo que hay" ser� algo natural. Por eso es tan importante decidir aqu� y ahora cu�l es el modelo de decrecimiento que vamos a adoptar, es por eso que es tan urgente abrir p�blicamente este debate antes de que por la v�a de hecho se adopten falsas soluciones a�n m�s devastadoras de la mano de caudillos surgidos por aclamaci�n popular.

    Porque �sta es la cuesti�n de fondo, la que no se quiere discutir pero est� en la base de todo lo que est� pasando: que estamos decreciendo porque es algo inevitable, algo que es consecuencia de la imposibilidad de continuar expandiendo la base energ�tica y material de nuestra econom�a. Y si no podemos consumir m�s energ�a y m�s materiales, a�n cuando podamos mantener un nivel muy alto, nuestro sistema econ�mico-social tiende a colapsar, pues necesita que el consumo siga creciendo. De otro modo nuestro sistema entra en barrena, entra en una crisis, en la que ya estamos desde 2008, que no acabar� nunca, no dentro de este paradigma econ�mico.

    Durante los largos a�os que ya llevamos de esta crisis, que en realidad tiene mucho de crisis energ�tica no reconocida, no pocos han teorizado sobre c�mo se tiene que manifestar una crisis energ�tica centr�ndose en aspectos meramente econ�micos, tomando �stos en completo aislamiento en el cual transcurre el hecho econ�mico. Pero eso no tiene nada que ver con c�mo pasan las cosas en el mundo real. Si la cantidad total de energ�a anualmente disponible en el planeta Tierra deja de crecer (punto al que todav�a no hemos llegado pero al que nos estamos acercando), entonces el PIB de todo el globo, tan estrechamente ligado al consumo de energ�a, deja de crecer. Y el d�a que la cantidad de energ�a disponible en la Tierra disminuya, entonces el PIB agregado de todas las naciones del mundo comenzar� un imparable descenso que durar� d�cadas. Los prestidigitadores econ�micos continuar�n insistiendo en que se puede, gracias al ingenio humano, seguir creciendo consumiendo menos energ�a, pero es una falacia: como muestran los datos y ya hemos discutido aqu�, la �nica desmaterializaci�n que se puede producir es la de la clase media. Su destrucci�n, vaya. As� que no es de sorprender que en estos a�os de progresiva ralentizaci�n del consumo energ�tico global a quien le haya tocado recibir el peso de la crisis sea justamente a las clases trabajadoras, y que sean �stas las que est�n propiciando el maremoto pol�tico que estamos viviendo, desde Grecia hasta EE.UU. pasando por el Reino Unido, Hungr�a o Polonia, y qui�n sabe si ma�ana Francia, Alemania o Espa�a.

    Y si esto ha pasado mientras la producci�n total de energ�a en el mundo a�n sub�a, aunque fuera m�s lentamente, y mientras la producci�n del sector energ�tico m�s cr�tico y m�s afectado, el de los hidrocarburos l�quidos (llamados, en abuso de notaci�n, "petr�leo", como si todos lo fueran) estaba a�n llegando a su cenit, �qu� creen que pasar� ahora que todo indica que ya hemos comenzado el descenso de la producci�n de todos los l�quidos del petr�leo? �Qu� pasar� cuando la l�gica del beneficio inmediato, que caus� una gran descapitalizaci�n del sector de los hidrocarburos en los �ltimos a�os, conlleve una ca�da r�pida, irreversible y sin precedentes de la producci�n por raz�n de la excesivamente fuerte ca�da de la inversi�n? Nuestros despistad�simos expertos energ�ticos contin�an hablando del milagro del fracking y la quimera de la independencia energ�tica de los EE.UU. cuando estamos a punto de presenciar un colapso sin precedentes del sector. Un colapso que se va a dar en un contexto de precios bajos, no altos, contrariamente a lo que dice la ortodoxia econ�mica, porque no han entendido qu� significa entrar en la espiral de destrucci�n de oferta - destrucci�n de demanda. Mientras la clase media se desintegra, como consecuencia inevitable del descenso energ�tico y el mantenimiento de las pol�ticas actuales, nuestros expertos siguen esperando la llegada de una se�al de precios que no va a venir por donde ellos esperan: para cuando el precio del petr�leo se vuelva a disparar (algo que inevitablemente va a suceder en los pr�ximos a�os) ser� ya demasiado tarde: algo se habr� roto para siempre. �El qu�?, se preguntar�n. Pues el tejido social que sustenta este sistema econ�mico. El fin del contrato impl�cito entre las �lites y las masas, lo que implica el colapso social. Un colapso del cual la Humanidad s�lo ha demostrado ser capaz de salir por tres v�as: mediante el aislacionismo totalitario (hacia lo que parece tender el Reino Unido y quiz� el EE.UU de Trump), hacia el militarismo predatorio (el camino que m�s tiempo ha seguido EE.UU. y el que parece ser el preferido de Europa, y sobre el que Espa�a tendr� que definirse) o hacia la movilizaci�n popular en busca de la resiliencia y la simplicidad voluntaria - el camino m�s dif�cil e imposible mientras se siga la ortodoxia econ�mica dogm�tica actual.

    �Se preguntaban qu� era el Oil Crash? El Oil Crash era esto: no precios altos, sino el colapso social. Aunque en realidad lo que estamos viviendo es s�lo el comienzo.

    Salu2,
    AMT

    P. Data: Por cierto que precisamente en las pr�ximas semanas se proyectar� en diversas localidades de Espa�a el documental "Decrecimiento" de los hermanos Picazo; quiz� es el momento de llevar a ver su proyecci�n a ese familiar que a�n cree que lo que le explica son cuentos de terror para ni�os.

    [1]http://crashoil.blogspot.com/2016/11/el-colapso-social.html

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    A reveure!!
    Enric
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  • From Marcos Pastor@1:2320/100 to Enric Lleal Serra on Thu Nov 10 20:07:12 2016

    Descubr� este blog gracias a Marcos, y ahora es uno de mis imprescindibles. Su
    visi�n de lo ocurrido en EEUU como cabeza de playa de una cat�strofe mundial tiene su miga. Leed, leed[1]:
    *El colapso social*
    Autor AMT (Lloc web)

    Bueno, yo a este autor le conozco porque trabajamos los dos en el CMIMA (Centro Mediterr�neo de Investigaciones Marinas y Ambientales), aunque �l trabaja en el ICM (Instituto de Ciencias del Mar) y yo en la UTM (Unidad de Tecnolog�a Marina):

    https://www.blogger.com/profile/04625371697066545381

    http://oce.icm.csic.es/ca/membres-detall?id=1658

    :)



    Marcos Pastor Calvet

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