• Cuestion de legitimidad

    From Enric Lleal Serra@2:343/107.1 to All on Wed Jan 3 13:20:10 2018
    �Hola All!


    Nuevamente, Ram�n Cotarelo[1] explica de manera clara su punto de vista sobre la �ltima actualidad catalana y espa�ola. Aunque no se est� de acuerdo con sus postulados, es necesario leerle por ser una de las pocas voces divergentes en todo el mass media que trona desde Madrid y alrededores.



    *Cuesti�n de legitimidad*

    Aqu�, mi art�culo de hoy en elM�n.cat, titulado La Rep�blica Catalana realment existent.

    Antes de adjuntar la versi�n castellana, unas observaciones que hacen al caso de lo que aqu� se dirime: si hay o no presidente, si hay o no Rep�blica catalana.

    Leo en El Pa�s un art�culo de Llu�s Bassets, cuyo t�tulo (Puigdemont no es el presidente de los catalanes) resume su contenido, por otro lado nada desde�able
    porque acumula una formidable bater�a de argumentos de muy variada factura en contra de la idea de considerar a Puigdemont presidente de los catalanes. Casi podr�a titularse, al modo cl�sico, un adversus Puigdemont. Por debajo de las razones aducidas, muy respetables pero igualmente discutibles, late una convicci�n inconfesa: la cuesti�n independentista responde a la acci�n de una sola persona. Los m�s de dos millones de votos que la avalan en las duras y en las m�s duras, no cuentan. Los m�s de dos millones que quieren escuchar lo que han escuchado, no lo que Bassets piense que debieran escuchar, no merecen menci�n alguna.

    Seg�n tengo entendido, el se�or Alejo Vidal-Quadras propone en un tuit liberar a los presos pol�ticos, poner a Junqueras de presidente de la Generalitat y desterrar a Puigdemont a perpetuidad. Digo que tengo entendido ya que no he podido comprobarlo en la fuente porque me tiene bloqueado. No importa gran cosa, pues se ha retuiteado mucho. Lo interesante de este tosco plan que ignora
    todo sobre procedimientos, incluida la buena educaci�n, no es que sea perfectamente irrealizable. Lo interesante es que, de modo mucho m�s primitivo y por ello m�s claro, apunta al mismo objetivo de Bassets: tirar contra Puigdemont. En el caso de Bassets por no ocuparse de los asuntos reales etc.,; en el de Vidal-Quadras, simplemente, por ser el (verdadero) peligro. Los dos, muy h�biles, queriendo aniquilar el liderazgo de Puigdemont a base de ignorar el movimiento que lo apoya, lo convierten en su s�mbolo y, por eso, muy en contra de sus deseos, lo ensalzan.

    Bien es verdad que la intenci�n ladina en los dos casos es dividir el bloque independentista, enfrentando a ERC con JxC y a Junqueras con Puigdemont. En un caso (Bassets), m�s disimuladamente; en el otro (Vidal-Quadras) a la voz del mando. Este �ltimo muestra una deplorable ignorancia al tratar a Junqueras como
    un pe�n al que se puede cambiar a capricho vali�ndose de su ambici�n. La mentalidad autoritaria ciega. El presidente de ERC simboliza hoy, junto a sus compa�eros de prisi�n, la fuerza moral del movimiento independentista en nombre
    de la dignidad de un pueblo. Eso merece un respeto. Y lo tiene. Hasta de sus adversarios, excluidos quienes ignoran qu� sea el respeto.

    Por eso es esencial que ERC, en rauda respuesta a estas proposiciones (por llamarlas de alg�n modo) haya aclarado que exige la constituci�n del gobierno leg�timo de la Generalitat, arbitrariamente depuesto mediante el art�culo 155.

    No hay otra salida que la constituci�n de un gobierno seg�n los resultados de las elecciones del 21D. Esto es, un gobierno independentista apoyado en una mayor�a parlamentaria absoluta del mismo signo. Si, despu�s de esto, hay di�logo o no depender� del gobierno central.

    Aqu� la versi�n castellana:



    *La Rep�blica Catalana realmente existente*

    En su Matem�tica de la historia, Alexandre Deulofeu preve�a en los a�os cuarenta del siglo pasado el fin del imperio espa�ol para 2029. Hoy, cuando estamos m�s cerca de esa fecha que del propio Deulofeu vemos que estuvo a punto
    de clavarlo. Una diferencia de un decenio apenas es nada.

    La Rep�blica Catalana es un hecho. Tiene la objetividad y la realidad de los hechos. Y su tozudez. El imperio espa�ol trat� de aniquilarla en la cuna, al modo en que las serpientes que mand� Hera celosa quer�an acabar con H�rcules, que las destroz�. Hizo uno de sus pronunciamientos autoritarios, con la habitual balumba y prosopopeya castellana: declar� disuelto el govern de la Generalitat, destituidos su presidente y consellers, clausur� el Parlamento y encarcel� a algunas de las personas destituidas y envi� a otras al exilio.

    Si alguien aqu� ha recurrido a la unilateralidad ha sido el gobierno espa�ol con una aplicaci�n ultra vires de una norma excepcional, el art�culo 155 de la Constituci�n. Ni el 155 prev� estas acciones ni el presidente del gobierno est�
    facultado para tomarlas , pero eso no importa porque este gobierno no se considera vinculado por las normas escritas y no escritas de la democracia y el
    Estado de derecho ni por su propio ordenamiento jur�dico ya que es una dictadura de un partido y una persona. El partido, imputado en varios delitos en procesos penales y la persona, acusada de haber cobrado sobresueldos ilegales y comprobada avalista de las cuentas suizas de un delincuente, debieran haber dimitido hace a�os y estar a disposici�n de los tribunales como presuntos delincuentes que son todos ellos.

    Espa�a es el �nico pa�s del mundo en el que unos presuntos delincuentes gobiernan y se permiten el lujo de decir que otros cumplan la ley que ellos quebrantan en todas y cada una de sus actuaciones. La figura de unos delincuentes dictando autoritariamente las leyes que han de cumplir los dem�s es exactamente la dictadura de Franco. La �nica diferencia entre este y sus �mulos hoy d�a es que si aquel basaba su tiran�a en el ej�rcito, estos la basan
    en los jueces. Pero la tiran�a, la arbitrariedad es la misma: No hay m�s ley que la que dicta el tirano y cualquier otra norma o instituci�n ser�n reprimidas por la violencia. Para restablecer el orden de hecho (ya que no derecho) de la dictadura.

    El ejemplo m�s evidente de la contraposici�n es la Rep�blica Catalana. Destituida por la fuerza bruta del 155, con el apoyo de los sayones del PSOE y C's y la ambig�edad de Podemos, ha sido repuesta en toda su fuerza y legitimidad con el voto mayoritario de la ciudadan�a catalana en unas elecciones cuya falta de imparcialidad, legalidad y neutralidad �nicamente han puesto m�s de relieve la fortaleza del pueblo catal�n y su determinaci�n a la hora de defender su propia legalidad, sus instituciones y sus representantes democr�ticamente electos.

    A d�a de hoy, los catalanes, tozudamente alzados, han votado en condiciones muy
    desfavorables de juego sucio impuestas por unos adversarios del bloque del 155 (PP, PSOE, C's) que adem�s de incurrir en esta inmoralidad, han perdido. Y han votado para reponer en sus puestos a su gobierno leg�timo, depuesto, encarcelado y exiliado mediante el abuso de un poder pol�tico a su vez delictivo.

    Al d�a de hoy, el govern catal�n es m�s legal y leg�timo que el espa�ol y el president de la Generalitat m�s leg�timo y legal que Rajoy, el presidente avalista de los sobresueldos que, en realidad, al no dimitir como mandan los usos democr�ticos civiliados, se ha convertido en un usurpador.


    La Rep�blica Catalana, solemnemente proclamada el pasado 27 octubre e inmediatamente atropellada por la fuerza bruta, la ilegalidad y el abuso del gobierno espa�ol, es m�s legal y leg�tima que ese mismo gobierno. Con sus dirigentes en la c�rcel o el exilio, con sus instituciones suspendidas, sus partidos hostigados y sus gentes perseguidas es m�s real, m�s aut�ntica y m�s s�lida que este remedo de Estado democr�tico, dictadura real de un partido, un gobierno y un presidente corruptos y sus c�mplices y aliados de la oposici�n.

    Aparentemente la desproporci�n de fuerzas es enorme en contra del independentismo. Aparentemente. Pero la realidad, que no obedece a los deseos de la oligarqu�a espa�ola y sus siervos de la izquierda, sigue respaldando los derechos de los leg�timos representantes de la voluntad mayoritaria de los catalanes. Porque la fuerza de las instituciones no descansa en las armas de los pretorianos ni en la demagogia de los pol�ticos ni en las prevaricaciones de los jueces, sino en la decisi�n del pueblo.

    El pueblo catal�n habl� el 1� de octubre pasado en condiciones de agresi�n institucional de una violencia (y una cobard�a) sin precedentes, y la independencia tuvo 2.044.038 votos (90,2% de los emitidos con una participaci�n
    deel 43%). Volvi� a hacerlo en el curso de unas elecciones impuestas por el adversario, llenas de trampas, censuras, abusos y manipulaciones y la independencia volvi� a conseguir 2.063.361 (un 47,49% con una participaci�n de cerca del 82%).

    La Rep�blica Catalana hoy existente es la plasmaci�n real de esta voluntad mayoritaria del pueblo catal�n, moment�neamente secuestrada, contra toda raz�n y derecho, por un gobierno extranjero en uso y abuso de la fuerza bruta.

    Corresponde a la Uni�n Europea obligar al Estado espa�ol a reconocer la Rep�blica Catalana actuar en cumplimiento de su propia legalidad o, en caso contrario, activar el art�culo 7 del Tratado y proceder contra Espa�a por atentado contra los principios del Estado de derecho.
    Publicado por Ram�n Cotarelo en 12:52 a. m.
    Etiquetas: Rep�blica Catalana.


    [1]https://cotarelo.blogspot.com.es/2018/01/cuestion-de-legitimidad.html


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    A reveure!!
    Enric
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    ... La llaman "guerra sucia", �acaso hay alguna guerra que sea limpia?
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