�Hola All!
De la mano de JotDown[1] un art�culo imprescindible sobre los Monty Python y su
engendro (en el buen sentido) televisivo. Tengo la suerte de tenerlo en DVD en casa, y haber visto sus cap�tulos varias veces. Recomendable.
*Flying Circus: la verdad es un absurdo*
Publicado por Nacho Carretero
--Esta noche est� conmigo Norman John Polevaulter, que lleva los �ltimos a�os de su vida contradiciendo a la gente. Se�or Polevaulter, �por qu� contradice a la gente?
--�No la contradigo!
Lo cuenta un documental sobre los Monty Python en el que los propios miembros del grupo hacen memoria frente a la c�mara: en 1969, en la cuarta planta de la Broadcasting House en Westminster, Londres, Michael Mills, jefe de Programaci�n
de Entretenimiento de la BBC, observa a seis j�venes que han entrado en su despacho.
Dos de ellos, John Cleese y Terry Jones, est�n sentados en sendos butacones. Detr�s de ellos, de pie, est� Michael Palin y, a su lado, Eric Idle, con una electrificada melena rubia. Junto al otro butac�n est� Graham Chapman, con una pipa de madera en la boca. M�s atr�s, protegido por la sombra y el humo, Terry Gilliam.
Ninguno de ellos tiene demasiada experiencia en televisi�n. El �nico rostro conocido es el de John Cleese, que hab�a participado como actor en el programa de la BBC At last the 1948 show, en el que Graham Chapman tambi�n era guionista. Por su parte, Jones, Palin e Idle hab�an escrito sketches para Do not adjust your set, un espacio de humor. Los cinco coincidieron antes de eso en The frost report como guionistas, y antes todo se reduc�a a peque�os programas, obras de teatro y colaboraciones. En el caso de Terry Gilliam, el �nico estadounidense, ni siquiera eso. Ven�a de su pa�s de hacer ilustraciones.
Ese era el bagaje total en aquel despacho de la BBC. Y con eso propusieron hacer su propio programa.
��Qu� quer�is hacer?�, pregunt� al fin Michael Mills. �Un programa divertido�, respondi� Cleese. ��Sobre qu�?�. �No lo sabemos�, dijo Terry Jones. ��C�mo se llamar�?�. �Eh...�, dudas. �No sabemos�. De nuevo silencio. Mills apag� su cigarrillo y, tras un instante, respondi�: �Os doy trece cap�tulos. Ni uno m�s�.
Aquellos seis j�venes se convirtieron en ese momento en los Monty Python. El nombre para el programa se les ocurrir�a d�as despu�s: El Circo Ambulante de los Monty Python. O lo que es lo mismo: Monty Python's Flying Circus, una revoluci�n en la historia del humor.
Reducirlo todo al absurdo
La serie se estren� el 5 de octubre de 1969 y se mantendr�a en antena hasta 1974. Desde el primer episodio, emitido un 7 de septiembre, se pudo ver que la filosof�a iba a ser uno de los mimbres sobre el que se construir�a todo el humor de Flying Circus. Los Monty Python buscar�n siempre generar una inseguridad para que lo que tomamos por l�gico se convierta en absurdo. Es decir, ponerlo todo en duda, crear un caos y de esta forma hacer re�r. As� funcionaba Flying Circus: dudaba, lograba inseguridad, caos y por �ltimo, dejaba un mensaje. Como la filosof�a misma.
Los cuarenta y cinco cap�tulos no ten�an continuidad argumental y estaban compuestos por sketches m�s o menos inconexos entre s�. Los primeros episodios generaron cierta incomprensi�n. �El p�blico que ven�a a ver la grabaci�n era como las se�oras que aparecen en nuestra serie: entend�an poco y aplaud�an con dudas�, dir�a a�os despu�s Terry Jones. Esta desconfianza se explicaba por su f�rmula innovadora de humor.
Flying Circus era surrealista, dada�sta, sin esquema perceptible, orden ni concierto. Deconstru�a las situaciones y en el caos encontraba el humor. En el cap�tulo 5, en la primera temporada, un matrimonio est� preocupado porque su gato est� ap�tico (en la imagen aparece un gato disecado). El veterinario les explica que est� sumido en la rutina y les recomienda recurrir a una empresa dedicada a sacar a los gatos de este estado: Desconciertagatos S.L. La empresa monta un escenario en el jard�n y la sucesi�n de sinsentidos y absurdos que se representan sobre �l definen en gran medida a los Monty Python. Y tambi�n sacan
al gato de su apat�a. Otro ejemplo --imposible de plasmar en palabras-- es el sketch de los andares tontos. John Cleese, con bomb�n y paraguas, camina de modo exageradamente absurdo por la calle hasta llegar a un edificio cuya placa de entrada reza: �Ministerio de andares tontos�. En su despacho le espera un estudiante que, tras mostrarle su rid�cula manera de caminar, recibe una beca.
A partir de ah�, como las flores de las ilustraciones de los cr�ditos de inicio, Flying Circus crece a trav�s del absurdo. Parten de premisas establecidas y las revientan con contextos incompatibles, como el episodio en el que los concursantes deben resumir la obra de Marcel Proust en veinte segundos. No hay esquema fijo, en muchas ocasiones ni siquiera hay esquema. Hasta tal punto que, por primera vez, aparecen sketches sin chiste final: cuando se desinflan, lo cortan, tenga o no sentido hacerlo. Sus guiones arremeten contra todo. La serie habla de historia, de sociolog�a, de moda, de arte... y no indulta a nadie: clases, altas, bajas, pol�ticos, bohemios, pensadores, periodistas, etc.
Pero como base de todo ello, como una gran maceta, est� la filosof�a. Los di�logos y situaciones de la serie completan un recorrido por casi todas las corrientes filos�ficas, de S�crates a Heidegger pasando por Descartes y Marx. Y
todo sin �pice de pedanter�a, sin que el gui�o pueda percibirse. Se podr�a decir hasta que sin intenci�n. Sencillamente su t�cnica para hacer humor --hist�rica e irrepetible-- es filosof�a.
De la dial�ctica de S�crates a la duda de Descartes
Como la filosof�a moderna, Flying Circus descansa sobre los hombros de S�crates. La dial�ctica socr�tica es el tronco de la serie que se va a ramificar en casi todas las dem�s situaciones surrealistas. El fil�sofo griego,
dos mil cuatrocientos a�os despu�s, sigue siendo una figura viva en la mente de
los europeos. Su destreza dial�ctica ha sido pocas veces alcanzada, de ah� su atemporalidad. S�crates se presentaba a s� mismo como alguien que no sab�a nada
y preguntaba a su rival dial�ctico, aparentemente seguro de s� mismo, cosas obvias. Despu�s hac�a que su interlocutor se enredara en contradicciones, que patinara en alg�n momento, para acabar mostr�ndole, ya abatido y desmoralizado,
que su supuesta seguridad en lo obvio no era m�s que una m�scara de su ignorancia.
En el cap�tulo 29, Michael Palin, caracterizado como un hombrecillo de bigote y
gafas, llega a la recepci�n de una oficina. �Buenas tardes. Me gustar�a tener una discusi�n�, le dice a la secretaria, quien le explica que una discusi�n de cinco minutos cuesta una libra y le indica el camino. El hombrecillo llega a un
despacho y pregunta: ��Esta es la sala para discutir?�. Un hombre trajeado y altivo le responde: �Ya se lo he dicho�. �No�, replica el hombrecillo. �S��.
--�Cu�ndo?
--Justo ahora.
--No.
--S�.
--Le digo que no.
--S�. Le digo que s�. --Se enredan un rato hasta que el cliente interrumpe: --�Esto no es una discusi�n!
--S�, lo es.
--�Es una contradicci�n!
--No.
--S�.
--No. De nuevo se enredan. El cliente, alterado, grita:
--�He venido aqu� a por una discusi�n, no a por una contradicci�n! �No es lo mismo!
--Puede serlo.
--�No puede, discutir es hacer exposiciones para establecer una propuesta! --No.
--S�. No es contradecir.
--Si discuto con usted debo adoptar una posici�n contraria --le dice el hombre del despacho. --No es decir no --replica el hombrecillo.
--S�.
--No. Discutir es un proceso intelectual.
--No
--S�. Contradecir es negarlo todo autom�ticamente.
--En absoluto.
--S�.
--Tiempo. En ese momento suena una campana y termina la discusi�n. El trajeado discutidor pasa a ignorar por completo al hombrecillo.
--�No han pasado los cinco minutos!
--Puede, no voy a discutir con usted si no paga.
Hay decenas de sketches socr�ticos en Flying Circus, que tambi�n utiliza la duda y la dial�ctica modernas, es decir, el testigo que dos mil a�os despu�s recogi� Ren� Descartes. La duda como base de la reflexi�n y, por tanto, que deriva en carcajada en Flying Circus, es otro elemento fundamental en la serie.
Descartes, nacido en Francia en 1596, rompi� con la filosof�a teol�gica de la Edad Media, en la que siempre se conoc�a de antemano el final: Dios. La imprevisibilidad llegaba ahora gracias a la duda. �C�mo adivinar de qu� manera acabar� una escena de Flying Circus? En realidad puede hacerlo de cualquier forma. De absolutamente cualquiera. Descartes comenz� dudando de todo. Y as� encontr� el fundamento de todos los fundamentos: si dudo de todo, no puedo dudar de que dudo. Un argumento que da seguridad: Si dudo, pienso. Si pienso, existo. Podemos, pues, negarlo todo, menos a nosotros mismos. Descartes se reencarn� en los Monty Python en forma de presentador enloquecido que duda de todo. �Buenas noches�, saluda encorbatado a la c�mara. Y arranca sin pre�mbulo:
��Es hora de hacer frente a los datos para solucionarlo o es demasiado tarde? �Cu�les son los hechos? �Qu� quiere decir la gente cuando habla de cosas?�. El presentador contin�a a toda velocidad. �Los n�meros son contundentes, pero �qu�
quiere decir para usted? �Para m�? �Para la gente de la calle? �Es pronto para decirlo? �Es lo mismo decir que hablar? �Qu� podemos hacer? �Qu� estoy diciendo? �Por qu� estoy en este programa? �De qu� estoy hablando? �De d�nde venimos? �A d�nde vamos? �Qu� hacemos? �Qu� decimos? �Qu� comemos? �Qu� bebemos?�. El v�rtigo se corta con una imagen de un tren estrell�ndose.
Descartes hace otra fugaz aparici�n en la serie cuando una anciana encorvada y medio sorda participa en un concurso para llevarse un golpe en la cabeza. ��Bienvenida se�ora!�, saluda el presentador antes de preguntarle: ��Qu� gran adversario del dualismo cartesiano se opone a reducir los fen�menos psicol�gicos a estados f�sicos?�. La se�ora se queda callada y se queja: ��No lo s�!�. �Pruebe a decir algo�, le anima el presentador. Aferrada a su bolso refunfu�a: �Henri Bergson�. ��Correcto!�. �No me suena de nada�, a�ade entre aplausos.
Hegel, Marx y Hobbes, �se puede tener la raz�n?
Georg Wilhelm Friedrich Hegel naci� en 1770 en Alemania. Es considerado por muchos el padre de las ideolog�as. Hegel, a trav�s de la novela, otorg� a los hombres un papel en la historia a trav�s del que era posible contribuir al nacimiento del esp�ritu. El pensamiento europeo adopta una nueva forma: la historia. Con ello nace la lucha por su interpretaci�n: el que logra una mejor interpretaci�n de la historia alcanza el derecho al poder y por tanto a encauzarla como considere apropiado. Las interpretaciones con pretensi�n de exclusividad reciben el nombre de ideolog�as. Hegel dibuja un escenario en el que no existe quien tenga la raz�n absoluta, todo es interpretable. Aniquila el
dogma. En Flying Circus se lleva al extremo la teor�a hegeliana en la cabina de
un avi�n. Piloto y copiloto charlan con una azafata cuando irrumpe un secuestrador, un hombre de gafas que titubea y se muestra inseguro. ��Que nadie
se mueva, esto es un secuestro!�, dice empu�ando una pistola. Los pilotos le miran. El hombre a�ade: �Bueno, que nadie se mueva excepto para pilotar el avi�n, para eso pueden moverse un poco�. La azafata interviene. ��Yo puedo moverme?�. El secuestrador se gira alertado: ��S�! Puede moverse un poco, s��. Despu�s se dirige a los tres: �Lo siento, no pretend�a ser tan dogm�tico cuando
entr�. Pueden moverse todos dentro de un l�mite. Hay movimientos involuntarios que no se pueden evitar. Para reafirmar mi autoridad tengo que tener en cuenta eso�. Uno de los pilotos responde: �No se puede evitar que se muevan las tripas�.
--No, no, claro. Bien dicho.
--La misma vibraci�n del avi�n puede considerarse un movimiento --a�ade el copiloto.
--Y estamos moviendo los labios --remata el propio secuestrador.
As� contin�an hasta que los pilotos convencen al hombre de que llegar� antes a su destino tir�ndose al vac�o que desviando el avi�n.
Marx tambi�n tiene sitio. Contempor�neo de Hegel y asiduo lector suyo, el fil�sofo alem�n recoge el testigo de la interpretaci�n de la historia y hace la
suya: considera que el motor de la historia es la lucha de clases y que el dinero suplanta el valor real de las cosas, por lo que el precio de las mismas no es objetivo, sino una forma de ocultar las relaciones de producci�n que son injustas. Es decir, una maniobra capitalista para presentar sus intereses de clase como intereses del conjunto. El marxismo va m�s all� de las intenciones y
contiene una teor�a sobre la conciencia de su oponente: es necesariamente falsa, ya que est� condicionada a su pertenencia a una clase social determinada. La primera tarea del marxismo es desenmascararlos. Muriendo el siglo XIX nace en la pol�tica europea la sospecha ideol�gica, mediante la cual se intenta demostrar que las ideolog�as responden a intereses de clase. Esto mismo, admiten, tambi�n ocurre con los marxistas, pero su inter�s en este caso coincide con el de la humanidad, de ah� que su conciencia --dicen-- sea la verdadera. Es lo que les grita a sus aterrorizados guionistas un adinerado productor de cine ataviado con un sombrero de cowboy en el sexto episodio de la
primera temporada. Sentados en una larga mesa, todos le dan la raz�n a sus descabelladas ideas por puro miedo. Lo que parece un capitalista atemorizando a
la clase obrera cambia de sentido cuando el d�spota ejecutivo invita a uno de sus guionistas a ser sincero:
--�A ti que te parece? Que tenga una idea no quiere decir que sea genial, puede
ser mala --le inquiere.
--�S�? --responde el guionista.
--S�. �Qu� te parece?
--Es mala --admite.
--Ah� est�. Ha sido sincero. Ha dicho que mi idea es mala. Pero resulta que mi idea no es mala, as� que �fuera de aqu� maldito subversivo!
Doscientos a�os antes Thomas Hobbes se refer�a a la sospecha ideol�gica sin ni siquiera conocer el concepto. Tras la guerra civil inglesa, Hobbes comprob� que
la pretensi�n de las distintas confesiones de tener la raz�n hab�a conducido al
pa�s a la autodestrucci�n. Su conclusi�n: quien en caso de conflicto pretende tener la �ltima palabra en materia de moral, est� convirtiendo a su rival en inmoral, con lo que adem�s de criminalizar al oponente genera un conflicto.
Kant, el constructivismo hizo que pareciese gol
Uno de los sketches m�s memorables de Flying Circus es el que enfrenta a Alemania y Grecia en un partido de f�tbol de fil�sofos. Alemania alinea a Leibniz en la porter�a con una l�nea de cuatro formada por Kant, Schopenhauer, Hegel y Schelling. Arriba la dupla Nietzsche, Heidegger con Beckenbauer como �sorpresa en la alineaci�n�. Marx est� en el banquillo. Capitaneados por Her�clito, Grecia alinea, entre otros, a Plat�n en la porter�a con S�focles y Arist�teles en defensa. S�crates y Arqu�medes son los delanteros. Arbitra Confucio. No ocurre nada durante el partido, los jugadores se dedican a reflexionar deambulando por el c�sped, hasta que Arqu�medes reacciona al grito de ��Eureka!� y se lleva la pelota para asistir a S�crates que remata a gol. 1-0 y final. Los alemanes se lanzan en tromba a protestar, entre ellos Inmanuel
Kant, quien le grita al �rbitro que el imperativo categ�rico dice que el gol ontol�gicamente existe solo en la imaginaci�n, mientras Marx pide fuera de juego. Kant, revolucionario de la filosof�a moderna, es el padre del constructivismo: somos nosotros quienes construimos nuestra realidad, es nuestra experiencia la que derriba los l�mites de lo que podemos llegar a imaginar. No hay un mundo de las ideas plat�nico ah� fuera, est� en nosotros mismos. Tal vez por eso el �rbitro tan solo imagin� el gol.
Nietzsche y la existencia de Dios en un combate a tres asaltos
Alguien como Friedrich Nietzsche no iba a pasar desapercibido para Flying Circus. Se le rinde tributo en un sketch donde todos los ciudadanos son superhombres, pero solo uno es Supermec�nico de Bicicletas. Vela por la seguridad de las bicicletas de todos los superhombres: �All� donde haya bicicletas estropeadas o amenazadas por el comunismo, estar� Supermec�nico de Bicicletas�. No fueron pocos los que tras la Segunda Guerra Mundial asociaron algunas de las teor�as de Nietzsche con el nazismo, sobre todo aquellas referidas al superhombre, quien sustituye a Dios tras su muerte. Son muchos m�s, sin embargo, los que sostienen que Nietzsche hablaba de valores cuando mat� a Dios; hablaba de la necesidad de sacudirse la herencia judeocristiana para conformar una nueva sociedad.
Sobre Dios tambi�n habla, y mucho, la serie. Especialmente las ilustraciones de
Terry Gilliam, surrealistas en grado sumo y que suelen contar siempre con una presencia superior. Sin ir m�s lejos, el pie que aplasta el t�tulo de la serie en la careta de entrada parece ser el del mism�simo Yahv�h. Su existencia, el debate sobre la misma, queda reflejado en un sketch de la primera temporada. El
presentador nos da la bienvenida al programa de debate El Ep�logo, en el que tiene como invitados a monse�or Edward Gay, del Colegio Pastoral de Somerset y autor del libro superventas Dios m�o, y al doctor Tom Jack, humanista, profesor
y autor del libro Hola marinero. �Esta noche --explica el presentador-- en vez de discutir la existencia de Dios, han decidido pelear por ella. La existencia o inexistencia de Dios se decidir� por dos ca�das, dos abandonos o un KO�. Tras
lo cual ambos invitados --sotana contra traje-- se enfundan unos guantes, suben
al ring y comienzan a pelear. Como en la existencia misma de la humanidad, se desconoce el ganador.
El valle de l�grimas de Schopenhauer
Flying Circus supuso un antes y un despu�s en el humor, un producto �nico que abri� nuevas v�as a la creatividad. En una palabra: arte. Sosten�a Arthur Schopenhauer, nacido en 1788, que la �nica realidad es la voluntad. Dado que la
voluntad es deseo, y el deseo no se puede saciar, la vida es breve y miserable.
Solo hay dos caminos para salir de este valle de l�grimas. Uno es el nirvana, el alcanzar un estado superior de realidad, teor�a que tambi�n sostienen el budismo y el hinduismo, y el otro es el arte. La contemplaci�n desinteresada del arte calma el deseo. De modo que ya saben: Flying Circus. Lo dice Schopenhauer.
[1]
http://www.jotdown.es/2017/05/flying-circus-la-verdad-absurdo/
-
A reveure!!
Enric
__________________________________________________________________
FidoNet: 2:343/107.1 | beholderbbs.org | fidonet.cat | .es | .ws
InterNet: kishpa(at)kishpa(dot)com | kishpa.com | GPG#0xDCCB8CFC
... La escultura y la pintura nos ense�an modales y a suprimir la prisa.
--- crashmail + golded + binkd
# Origin: Black flag & crossed bones : Eye Of The Beholder BBS! (2:343/107.1)
* Origin: LiveWire BBS - Synchronet - LiveWireBBS.com (1:2320/100)